lunes, 15 de marzo de 2010

Pocahontas 40.000


-Avatar-
James Cameron

Allí estábamos todos con los ojos puestos. Creo que este evento unió a todo el mundo aficionado al cine; los muy entendidos, los menos, los más reticentes, los entusiastas, aquellos que viven la ciencia ficción, los que sienten el cine de autor… Todos queríamos saber que había detrás de ese evento de estereoscopía, que prometía dejarnos anonadados con una historia desarrollada también en una galaxia muy, muy lejana. Creo, por tanto, que el resultado nos unió igualmente (con sus más y sus menos).

James Cameron siempre nos ha traído a la pantalla grandes historias de ciencia ficción (la primera saga de Terminator, y Aliens), y por supuesto ha tenido el respaldo del público y crítica… ¿Qué nos queda esperar?, ni más ni menos, con Avatar creo que muchos esperábamos el Star Wars del S.XXI. No fue así. Y pese al resultado obtenido por parte de la crítica con la primera parte de la trilogía (esto último está aún por ver), creo que hay que esperar, y darle una oportunidad para ver cómo finaliza la historia en sí, sin adelantar un “no”. Aunque, como he dicho, muchos ya sabemos que por ahora no es lo mismo que la mítica Guerra de las Galaxias.

Como decía, el gran público está de acuerdo en muchos aspectos del resultado de Avatar. Creo, y seguiré hablando en plural, que vimos una historia realizada con un absoluto e impecable despliegue de efectos visuales. Un punto y aparte en este campo. El aparejo músculo-esquelético que da vida a los alienígenas a través de otros actores es sorprendente, y realmente distinto a lo que se ha hecho anteriormente tanto en matiz, como textura (Polar expres, Beowulf...) . Parece como si los auténticos Na’vi estuviesen actuando para el bueno de Cameron. No sólo eso, el diseño de Pandora es totalmente acertado, nos sorprendió realmente. No descuidaron en hacer un exhaustivo estudio tanto de la flora, como de la fauna, para este planeta imaginario. La consecuencia fue un magnífico contexto para la historia (de la que ahora hablaremos), donde las criaturas, y su hábitat tienen una belleza singular. Única. Original. Desde luego, no nos mordemos la lengua al decir que muchos de los paisajes con los que disfrutamos, poco tienen que envidiar a los de los preimpresionistas franceses de la escuela de Barbizón. Genial uso de las tonalidades. Auténticas obras de arte.



Tratando de contener mi entusiasmo, aun así no puedo dejar de negar que para bien o para mal es un antes y un después en lo que a logros visuales respecta. No respecto al 3D, porque sinceramente, no terminamos de ver rematada esa técnica, por lo que obviaremos este asunto. Pero sí respecto a efectos especiales. Hemos sentido un nuevo comienzo, de la misma manera que lo sentimos al ver The Matrix, muchos de nosotros.

Por otro lado, ha habido algo que nos ha pasado muy desapercibidamente, y es la historia. ¿Muy mala?… no, no creo que la mayoría pensemos eso. Convencional. Si, la verdad es que si. Olvidable incluso. Una de guerra, de buenos contra malos ambientada en un futuro lejano y apocalíptico (respecto a nuestro planeta, claro). Una historia con todos y cada uno de los tópicos sin excepción del cine de palomitas. Los buenos, muy buenos. Los malos, muy malos. El héroe de la historia, de buenas cualidades y mejor corazón. La heroína… destinada a los brazos del héroe (la historia del amor imposible es ineludible). Un personaje cómico, para relajar las cosas. Una lucha final. Los refuerzos de última hora. La batalla contra el malo de todos los malos. Con su suspense, y todo (“¡Ay que le da!, ¡Ay que le da!...”). Un final victorioso, feliz, romántico. Donde el Deux es Machina está presente para hacer que todo absolutamente encaje (por irreal que parezca), a la hora de satisfacer al espectador extresado… No hablaremos de cómo finaliza el idilio, ni de esa historia de amor, aunque todos los sabemos. Todos pensamos lo mismo. Y nos comentamos la misma película cuando se encendieron las luces del cine.



Poco más por ahora, démosle tiempo a esta aventura.

2 comentarios:

  1. Yo odio Pocahontas, me parece lo peor que ha hecho Disney en su vida, pero Avatar me gustó bastante, aunque su historia sea una tontada.
    No obstante, son las historias con las que hemos crecido, las que ilusionan de verdad, las de toda la vida, así que no hay que darle la espalda.
    Por lo demás, habrá que ver qué nos deparan las secuelas.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  2. Sinceramente, y desde mi punto de vista de simple aficionado al cine, esta película no me atrajo desede el primer momento y mucho menos ahora. Así que desde aquí afirmo: no voy a pagar para verla. La veré desde casa cuando la echen por la tele. No me voy a molestar ni siquiera en descargarla de manera "paralegal".
    Creo que nuestros queridos cineastas/empresarios americanos nos la han querido clavar bien clavada, con su pensamiento de triunfo como sinónimo de calidad. Una sociedad que en su mayor parte desprecia el arte que implica reflexión no creo que deba servirnos como oráculo para ver o no una película de sus propias entrañas. Por suerte en los Óscars (que a tanta gente le sirven a la hora de decidir a que sala entrar en la puerta de los multicines. No es tampoco mi caso, ya lo afirmo desde aquí)parece que le han dado lo que se merecía, a tenor sobre todo de las críticas más especializadas como la de este blog y más imparciales o "desapegadas" de los grandes estudios.

    No sé si más que un comentario sobre cine ha quedado un comentario de ideales políticos. Si es así, lo lamento.

    ResponderEliminar