sábado, 23 de octubre de 2010

Legend of the fist: The return of Chen Zhen



Sitges Calling...

Creo que los presentes tuvimos que observar detenidamente el título antes de entrar: "The RETURN of Chen Zhen". Si visionas una película en la que alguien regresa, mal asunto. Se supone que el presonaje regresa porque antes ha estado, luego antes le has tenido que conocer, y como mínimo empatizar con él para esperar a su regreso. Si nuestro amigo Chen Zhen regresa, y yo no le conocía de nada... mal empezamos.

El director de cine de artes marciales, Andrew lau, nos cuenta en esta ocasión la historia (y aquí es donde wikipedia sale al campo de juego) de un personaje que popularizó el conocido Bruce Lee (El Che Guevara del cine de acción oriental). Fist of Fury (1972) se llamaba la película que interpretó, y Chen Zhen resultaba ser un enmascarado, un vigilante que entorno a la Segunda Guerra Mundial, defendía a pueblo chino frente a Japón a base de kung-fu, en mitad de lo que se conoció como la Segunda Guerra Chino-Japonesa. Obviamente, esto tuvo mucho éxito en China; Kung-fu + los chinos mandan= Éxito asegurado. Entorno a 1995, se decidió hacer una serie de esta especie de Captián China (aunque sin suero de supersoldado), bautizada con el nombre de la película del 72. Resta decir que también caló en la mente de los chinos.



Bueno, pues si me veo esta película de buenas a primeras, pasan varias cosas: Primero, no empatizo con el personaje. Segundo, me da la sensación de que la película está hecha para ser ni mas ni menos que "el regreso de Chen Zhen", y que eso debe atraer lo suficiente como para que no importe demasiado el guión, sencillamente porque se trata de un elemento de culto, que para mí no es culto. Imaginad de a alguien de India o China le pusiesemos una "peli" llamada: Legend of the Slayer: The return of Buffy, ¿me entendéis?. Entonces, éste es el punto en el que me doy cuenta de que, pese a las maravillas de coreografías de combates, y a la adecuada fotografía, estoy viendo una película vacía de contenido. Esto pasa porque no sólo se centran en el personaje como fenómeno, sino que además hacen un considerable esfuerzo propagandístico, para situar la que fué una etapa de la historia, enmarcarla, y contar su versión de los hechos, confundiendo así al espectador. Pues esto requiere tiempo, y personajes (personajes difíciles de distinguir entre sí mediante los rasgos, siendo honestos).



Mirad, repito que quizás soy yo. Vamos, que puede ser cosa mía.... Pero antes me pongo una del mismo Bruce Lee, y listos.

Rubber


Sitges calling...

Admito que no os he reportado todo cuanto vi en Sitges de manera cronológica, ni siquiera dentro de fecha. Bueno, pido discuplas de nuevo. El caso es que de igual forma vais a poder leer todo lo que visioné. Aunque sea con un poco de retraso. Pero lo prometido es deuda.

Esta película, Rubber, es la historia de una rueda de coche asesina, con poderes telepáticos. No, no es una broma. Tampoco es serie z. Si, el argumento inicial es hilarante, absurdo diría yo. Hasta el momento en que la ví, no pude convencer a nadie de que sería una buena película, yo creía esto por el trailer (que es increíble), las críticas suscitadas, y el apoyo que trajo desde Cannes. El caso es que su sinopsis creaba una barrera de prejuicios demasiado fuerte para derribar sin más argumentos, que "he leído que es buena". Debía verla para defenderla, y Sitges era el lugar y el momento perfectos para hacerlo.



Una vez vista; diría que Rubber no tiene una narrativa concreta (¿debe tenerla?), tampoco tiene estados dramáticos definidos (¿acaso los necesita?). No, Quentin Dupieux es un cineasta de autor, que quiere reformular la narrativa imperante en el cine comercial de Hollywood con esta película, eso si, con ironía. Bueno, por ahora espero que al haber oído la palabra "autor", comiencen a sucederse cambios en los molestos juicios a priori. Pues sigo, la película funciona a la perfección, pues ya en su prólogo perpara mental y espiritualmente a la audiencia para lo que van a ver. De buenas a primeras, sigue sorprendiendo pese a esta "advertencia inicial" el ver cómo comienza la vida para éste objeto, y cómo descubre la capacidad de destruir innata en todo ser (una rueda inclusive), y cómo, de un súbito lapso evolutivo, sofistica esta manera de acabar con las vidas de otros seres. De verdad, no estoy sobreinterpretando, pero apostaría a que la sala se quedó compungida por la manera en la que se refería a nosotros, al ser humano. Bueno, no se porqué estoy hablando de la película. No merece la pena hablar de ella. Aquí estamos ante un fenómeno. Un hecho que se llama "prejuicio", y hay que desmontarlo. Creo que puedo defender esta película una vez la he visto, repito que la sinopsis no lo es todo. Hay algo más detras de todo esto. No deberíamos anteponer una crítica a algo que suena disparatado, o irreal... porque el cine es irreal y disparatado. Pienso que es esencial tener claro esto último, para mí, construye la esencia misma de las películas. En cualquier caso, es impresicindible ver algo para hablar de ello, una crítica de algo que no existe en la mente del que está exponiendola, sencillamente no es nada, porque no hay nada de que hablar.

Dejo el debate medioabierto, y me centro en lo que me ocupa. Decir que el final concluye con un epílogo en esta ocasión, a modo de moraleja. Una moraleja para nosotros, los espectadores. Que por cierto, también aparecemos en la película. Pero bueno, repito, no diré más. Tenéis que verla.

jueves, 14 de octubre de 2010

Norweigan ninja

Sitges calling...

Thomas Cappelen Malling, se me hace todavía un director desconocido. Presentó en este festival una película sobre un comandante noruego, y su tropa de ninjas de élite, que salvaron Noruega durante la guerra fría ante toda posible intervención violenta por parte de Rusia o los EE. UU. En las noticias fue retransmitida su apariencia como la de un peligroso espía, pero lo que nadie sabía, es que realmente era un poderoso sensei. Amigos, estamos ante hechos reales.



Como he dicho, el director se presentó al público minutos antes de la proyección del film. Mi simpatía y la de muchos le fueron regaladas sin reparo debido al derroche de entusiasmo y sentido del humor que mostró en el poco tiempo que le dejaron hablar. Este hombre estaba realmente motivado e ilusionado con su trabajo. Merecido aplauso.

Respecto a su film. Bueno, hay diversidad de opiniones, pero ninguna de estas termina de verlo como una obra redonda, o una buena obra. Tiene cualidades positivas, pero no remata el conjunto fílmico. Sobretodo narrativamente.

El comienzo es brutal, con un estilo documental de los ochenta y una textura cercana casi al súper ocho, nos muestra un vídeo clandestino que presenta a este peculiar clan. Es un derroche auténtico de sentido del humor ácido e inteligente. Muchos de los presentes lo identificaron con el sello Monthy Pyton. Y es que es obvia una influencia de éste tipo, no sólo en el ámbito humorístico, sino en el formal; por las maquetas y decorados abusivamente falseados en ocasiones, por los interludios, o cortes de la narrativa para explicar cualquier arma, gadget o misión a cumplir, por el absurdo como fin cómico, etc.



Por otro lado, subrayo que la narrativa avanza a trompicones, de manera extraña e imprecisa. La información se dosifica mal, y ello contribuye a cierto caos en el receptor. A esto se le suma que la película es excesivamente localista en cuanto a política noruega se refiere.

En definitiva es una película confusa, y a expensas de rematar. Pero tiene un director en el que un servidor confía por su atrevimiento al contar esta historia, de ésta manera, y con esa fotografía video-vintage, que repito… me gustó.

Zebraman. Attack on Zebra City


Sitges calling…

Bien, para empezar a hablar del asunto de Sitges, ¿Qué mejor que abrir boca con una de las locuras del bueno de Takashi Miike? Y encima se trata de una de superhéroes. ¡Zebraman, attack on Zebra City! Menuda tela.

Bueno, antes de nada, comentar que esta película se trata de una secuela de la precuela Zebraman (a secas), la cual me he ocupado también de ver por la cosa de la continuidad. Y es que hay continuidad entre ambas aunque no lo parezca. Digamos que es una saga completa.

Bien, para empezar esta “saga” trata de nuevo el asunto de los superhéroes, si, puede que el tema resulte un tanto trillado (aunque para un servidor, es una fuente inagotable), pero abarca unos metahumanos que nos resultan un tanto ajenos a los occidentales. El arquetipo del superhéroe japonés. Hay miles de ejemplos que os puedo referir para que me entendáis: Astro boy, Muscle Man, Ultraman, Power rangers, Bio man, Mazinger Z… Bien, pues en este caso hablo de un hombre-cebra que está dispuesto a repeler todos los ataques alienigenas que amenacen la tierra bajo el grito de guerra; “¡Éxtasis blanco y negro!”.



La historia se enmarca en Japon, donde un ciudadano como otros tantos se obsesiona con la figura de este mítico personaje de las series de su infancia. Este triste profesor de preescolar al que ignoran su mujer, sus hijos, y sus compañeros de trabajo, decide enfundarse un día un traje hecho por sí mismo con cartón y tela, emulando al superhéroe nipón. Todo hasta aquí, tiene un atractivo rollo Kick-ass pero a la japonesa… Hasta que a Miike se le va la cabeza. Entonces aparecen los aliens, y los superpoderes sin explicación o motivo alguno, y las tramas enrevesadas y absurdas. En fin, como uno no espera gran cosa, se centra tan sólo en pasar el rato (aunque a veces cuesta un poco).

La secuela es formalmente una vuelta de tuerca. Aquí el nivel sube tanto hablando de lo excesivo del guión, como de los efectos especiales… y si dejar de lado la estética. A diferencia de la primera parte; la continuación es un delirio pop y videoclipero. Donde Zebraman tendrá que salvar de nuevo Japón (ahora rebautizado Zebra City) de un régimen autoritario del estilo 1984. Esta parte es muy interesante, pero lógicamente los aliens de la primera parte vuelven a aparecer (que ya podían cambiar de monstruito al menos), y no se les puede matar como en la primera porque… porque no. En cualquier caso, Miike libera de toda pretensión esta última parte de la saga, ofreciéndonos luchas clásicas de las series japonesas, mega batallas al más puro estilo Dragon Ball Z (fusiones incluidas), chistes de lo más surrealistas… y colores, muchas luces y colores.



Al fin y al cabo se agradece, y más a altas horas de la madrugada.

martes, 12 de octubre de 2010

Banksy strikes back!!!


Queridos lectores, tenéis que ver este vídeo antes de que la Fox lo elimine por completo de internet. Hasta ahora han desasparecido bastantes reproducciones. Pero se siguen colgando.

Se trata de uno de los artistas más controvertidos del siglo XXI. Es una especie de superhéroe, un vigilante del arte. Nunca se le ha visto, no se sabe su identidad; pero su obra se ha extendido ya por todo el mundo. Originales y extravagantes graffitis de impactante contenido, performances que dejan sin habla a más de uno, reivindicaciónes virales que escapan a nuestra comprensión, no sólo por su método, sino por la manera en las que ha podido llevarlas a cabo. Bueno, no me extiendo más, aquí podéis iniciar vuestra búsqueda hacia esta maravillosa, misteriosa y deslumbrante personalidad del arte.

El video de marras es una animación que él mismo ha dirigido para el famoso gag del sofá de Los Simpson. Este, sin duda, pasará a la historia como el homenaje más polémico de esta serie. Ha habido mucha controversia en la propia Fox para emitirlo, pero aun así, Los Simpson mandan. Y ellos sólo tienen la elegancia y la valentía de mostrar esta critica tan brutal hacia ellos mismos, y lo que han creado a lo largo de estos 20 años de éxitos.

Disfrutadlo lo antes posible, por favor.

lunes, 11 de octubre de 2010

Sitges calling...



Bien, no sé si se me habrá echado de menos. No creo, bueno, algún que otro desalmado en busca de lecturas aleatorias e inexpertas sobre cine quizás. Es lo mismo, a mis pocos lectores les saludo con el mismo cariño e ilusión con el que saludaría a millones de seguidores (bueno, ante eso huiría aterrado). Queridos míos. Mis cinéfagos. Mis freaks. Espero volver de la interzona para quedarme. Por lo menos lo hago con fuerzas. Con ilusión. Y con algo que pegará fuerte, y que espero que os guste.

¡ESTOY EN SITGES! (¿Estoy en Sitges?). Si, por fin se cumple mi sueño, mi ansiado delirio de la adolescencia temprana. Estoy por y para varios motivos. Primero, para disfrutar. Segundo, es largo de explicar. Y tercero, para informar. Para exponer a quienes se animen a subirse de nuevo a este irregular tranvía, todo el material que se presenta en este pequeño pueblo de en sueño, donde el cine fantástico, se hace real y por tanto, las historias reales, son inverosímiles y fantásticas. He aterrizado hace más bien poco. Aquí el clima es una delicia (el meteorológico tampoco está mal), hay freaks du cinemà por doquier. Están (me incluyo) por todos lados. Poblamos cada esquina habitable, hablando de cinematografía de género, culto, sci-fi, animación, etc. Comprando merchandising afín a sus gustos; Camisetas, cromos, estampas, juguetitos, gadgets, comics, posters… y por supuesto, películas de importación. Y lo más esencial… Viendo cine. Un cine magnífico, divertido, apasionante. Un cine que satisface el gusto de todo aquel gourmet del celuloide. Del que, en su amplio consumo de imágenes, necesita inexorablemente un momento para el universo de lo fantástico y su amplísima gama. Obviamente, un servidor, es uno de ellos.



Pues bien, retomaré mi habito comunicativo retratándoos, compartiendo y opinando sobre todo aquello que vea y oiga principalmente. Sobre toda experiencia que obtenga de este lugar en éste momento. Un camino que cerraré con una opinión final sobre lo vivido, y con el que espero ante todo, animaros a vivir esta increíble experiencia cinematográfica… y a ver cine, dicho sea de paso.