martes, 22 de mayo de 2012

Los Simpson y el cine

Cinefilia amarilla entre lo sutil y lo evidente


Hoy quisiera hablaros de un fenómeno que abarca varias generaciones, y que nos ha dejado huella como uno de los mayores hitos dentro de la cultura pop, y porque no, de la cultura en sí. Me refiero a los Simpsons. Estos norteamericanos amarillos de clase media que viven en el 742 de Evergreen Terrace ,nos han mostrado a lo largo de nuestra tierna infancia toda clase de disparatadas aventuras y estrambóticas situaciones, del mismo modo que concluían la mayoría de sus episodios con una cierta enseñanza, y sobretodo ternura.

                Bien, pues como he dicho, los Simpsons es una serie que probablemente hayamos seguido todos (quien más, quien menos), y la cual ha tenido un enorme éxito a lo largo del mundo. Bien.  Éste éxito es más que merecido, pues las desventuras de ésta tropa no sólo estaban dirigidas a niños. Conforme uno crece, se hace un adolescente, madura, y comienza a darse cuenta del mundo que le rodea, averigua que los Simpsons toman una postura crítica hacia la sociedad, hacia quienes gobiernan éste mundo, y hacia nosotros mismos. Es una serie cuyos guiones están elaborados conforme a capas. A distintas capas según el amplio marco de espectadores que puede llegar a tener. Una aventura sencilla para los niños, colores, actitudes, bromas que puedan atraerles, y un subtexto totalmente adulto, con cierta sátira y parodia hacia nuestra realidad. Y guiños, guiños que dentro de la sociedad adulta, están dirigidos a aquellas personas que probablemente tengan un interés en los programas televisivos más allá de lo banal. Es decir, los Simpsons también pueden ser vistos con un interés cultural a la par que lúdico.

                Todos habremos visto algún guiño que otro en los Simpsons a la cultura general; arte, literatura, política, música, y cine. Lo cierto es que la mayoría de éstos guiños son realmente sutiles, elegantes e incluso cómicos. De buenas a primeras se me viene a la mente la manera en la que el arte se venga de Homer en sus propias pesadillas. O cuando Barney trata de pagar unas birras con una fiel recreación en una servilleta de la Tarde de Domingo en la isla de la Grande Jatte de Seurat. En fin, éste episodio en concreto es una oda al arte contemporáneo. Pero también me acuerdo de la cantidad de guiños musicales que han plasmado estos springfieldianos, como el momento de los Solfamidas, y su clara conexión con la trayectoria y declive de The Beatles.


                De todos los guiños de los Simpsons, si ha habido algunos que realmente me hayan llamado la atención, guiños que realmente me han marcado; son los dirigidos a los cinéfilos. Mediante el cine en los Simpson, yo y toda una generación hemos experimentado lo que es realmente percibir un pequeño gesto de complicidad por parte de los guionistas, sin más intención que establecer contacto con el espectador , lo cual nos complace por poder estar compartiendo algo con la serie.  Los principales guionistas de los Simpson; George Meyer, Conan O’Brien y David Letterman admiten ser realmente cinéfilos, y sus huellas respecto al audiovisual no dejan a nadie indiferente. No sólo los guionistas son responsables de esto, sino que los animadores de la serie tratan normalmente de insertar las mayores referencias culturales posibles como (según ellos dicen)  una marca de estilo de la propia serie”. Por tanto, el resultado entusiasma a cualquiera que vea asiduamente este programa. Hemos visto homenajes a montones de películas y no sólo de la industria estadounidense contemporánea, que podría ser más comprensible, las referencias en los Simpson varían desde el cine mudo, hasta el cine de autor europeo (no olvidemos los guiños Ingmar Bergman, Buñuel, los Monthy Pyton, David Lean, François Truffaut …). Y es que es así, los Simpson son cinéfilos, es irrebatible.


                Tras ver de seguidas unas tres temporadas de los Simpsons, puedo asegurar  que la media de referencias cinéfilas de éstos va de 2 a 3 por episodio. La manera con la cual hacen una referencia sobre cine varía según la ocasión y el capítulo; Se podrían dividir esencialmente entre lo sutil y lo evidente, y a su vez subdividirse en otros aspectos. Todo ello más o menos hasta la 12ª temporada, a partir de la cual el cambio de estilo de la serie toma un giro obvio que hizo de muchos de sus fans sus detractores (añadan a un servidor), realizando unos guiños paupérrimos e ingenuos.

                Dentro de lo evidente, muchos de los episodios de los Simpson giran en torno a la parodia de una película. Mantienen una historia centrada en las aventuras y desventuras de éstos personajes, pero en ella integran una trama que nos hace recordar una película (normalmente un clásico) a la cual recurren constantemente. Ejemplos como éste están en: “Marge on the Lam”, basada en la célebre Thelma y Louise;   “Simpsoncalifragiliticexpiala(Annoyed grunt)cious”, extraída de Mary Poppins; “Cape Feare” de la aclamada Cape Fear o “22 shortfilms about Springfield” extrayendo icónicos momentos de Pulp Fiction. De igual manera, un guiño obvio dentro del estilo de ésta serie se trata simplemente de recrear un instante de otra película, sin disimular la referencia, de manera autoconsciente y divertida. Así vemos ejemplos como el episodio “Bart friend’s falls in love” en el cual la intro imita una escena de Raiders of the lost ark o el popular homenaje a Psycho de Alfred Hitchcock en el capítulo “Itchy & Scratchy & Marge”.  Pero por último, los homenajes más evidentes y no menos importantes y divertidos surgen de un formato de episodio propio de ésta serie con el único fin de parodiar sin más, me refiero a los conocidos especiales de Halloween (“Tree house of horror”) los cuales se hacen con la única intención de mostrar tres cortometrajes homenajeando el “fantaterror” clásico y algunos de los más importantes episodios de The Twilight Zone (En los límites de la realidad), una auténtica delicia para los amantes del género, e inagotable fuente de material para descubrir al respecto.


                Pero si de lo evidente de sus referencias cinéfilas somos capaces de disfrutar, no menos nos entusiasman sus guiños más sutiles, en los cuales descubrimos que “tú y yo lo sabíamos”, y que se están dirigiendo a todos aquellos que consideramos el séptimo arte algo más que una mera referencia “pop”.  Hay meras recreaciones de secuencias tan integradas con la propia historia que apenas somos conscientes de que se está realizando un guiño, por ejemplo, pocos hemos caído en que cuando Bart y Milhouse se peleaban por el número 1 de “Radiactivo Man” en la casa del árbol (“Three men and a comic book”) estaban homenajeando directamente a Saboteur  de Hitchcock. Otras son parodias repentinas, inesperadas dentro de la historia que saltan a una referencia totalmente cinéfila con la cual, aunque nos cueste creerlo, no todo el mundo capta el sentido; o ¿acaso todo el mundo reconoce el momento en que Homer es conducido por la vibración de un sofá-masaje más allá de nuestra dimensión (“Lisa’s Pony”) al igual que en 2001, A Space Odyssey?. Muchas de estas referencias son insertadas en ocasiones dentro de otro momento cinematográfico (e incluso a su vez, dentro de otro), situaciones en las cuales la sobresaturación momentánea de homenajes, puede hacer que se nos escape alguno; un ejemplo claro es el episodio “A Streetcar named Marge” que de por sí homenajea a  A Streetcar named Desire (Un tranvía llamado deseo), en el cual tenemos bastantes momentos cinematográficos que aluden tanto a The Great Escape (La gran evasión), como a The Birds, de el bueno de Hitchcock. Por no mencionar numerosos guiños que… bueno, merecería la pena desgranar con mucho tiempo, porque, por lo que he leído, éste episodio en concreto está bastante saturado.

                Por último sólo nombraré aquellas referencias que principalmente asociaría a los animadores de la serie que, como mencioné anteriormente, tratan de insertar algunos homenajes dando lugar a cierta duda, principalmente por lo costoso de su identificación (esto sólo lo he visto en series de dibujos como Los Simpson y Futurama). Estos aspectos están abiertos a debate, pero muchos de los homenajes sí resultan bastante plausibles y otros tantos sorprendentes. En “Bart of Darkness” observamos que mientras nos realizan un evidente homenaje a The rear window de Hitchcock, una de las imágenes que se suceden, puede pasarnos inadvertida,  es cuando Bart arrastra con un montón de cosas que se le han ido enredando en la escayola. Al parecer ese instante es muy parecido (el momento en el que se engancha un perro a todo el tropel) a Un chien Andalou de Buñuel y Dalí. Por otro lado he encontrado una controvertida imagen del episodio “Sideshow Bob last Gleaming” (El actor secundario Bob vuelve a las andadas), en la cual, tras caer del acantilado, Bob sale del agua y sacude su pelo. En ese instante hay varias coincidencias que apuntan a un paralelismo con La Sirenita de Disney; la forma del pelo junto a su color, su jersey con forma de “top” , al igual que Ariel… y una curiosa nube de fondo  con un par de protuberancias que recuerdan a las orejas de Mickey. Desde luego, obra de los animadores, pero; ¿cierto, o sólo una coincidencia?.


                Homenajes y mas homenajes, guiños y más guiños… es prácticamente imposible discernir todas las referencias implícitas (o ilícitas) en cada capítulo de ésta serie, no sólo en referencia al cine, sino a la cultura en general. Como dijo en su momento Matt Groening para la revista Time; “Hay ciertas bromas que no entenderás, salvo que hayas acudido a clases en la universidad”. Y es así, os animo a poner algo más de atención en esta serie y contrastar información en internet, porque os sorprendería saber cuánta cultura abarcan en sus episodios. Los Simpson han llegado a participar mediante sus pequeñas referencias en importantes debates sobre algunos teoremas matemáticos, por ejemplo. Así es esta serie, y así quedará para recuerdo de muchos de nosotros, eso sí, hasta la 12ª temporada, a partir de la cual el nivel fue cayendo en picado. Los Simpson que todos recordamos, que a todos nos han enseñado, son como la Biblia. Donde siempre descubres cosas, donde siempre obtienes nuevas interpretaciones, a donde hay que acudir cuando uno está desesperado, y sobretodo aburrido. Gracias a esta serie, donde el cine es una principal fuente de su inspiración, yo (y muchos de nosotros) hemos aprendido y descubierto mucho sobre el séptimo arte. Tened esto presente “todo lo que no sale en los Simpson, no merece la pena ser recordado”.

jueves, 17 de marzo de 2011

La bruja y el monstruo

Montado por



Aqui os dejo una joyita de trailer que igual no hace justicia a la película de marras. No sé. Aún no he tenido el placer de visionarla. Pero puedo decir que de primeras nos llama la atención de una manera más que significativa a pesar de tratarse de algo que ya hemos visto. Sabemos que fué de El Proyecto de la Bruja de Blair, y Cloverfield... Pudieron tener sus más y sus menos entre nosotros (personalmente, yo me quedo con la primera). Ésta, sin embargo, promete de buenas a primeras una corrección de ambas. Una retroalimentación entre ambas proposiciónes. Añadir el componente visual de el antagonista, lo que quizás esperasen muchos de El Proyecto de la Bruja de Blair; y por otro, hacer que la espectacular Cloverfield corriga su trepidante y efectista ritmo con un halo de misterio. El disfrutar de los índicios de algo misterioso, fantástico, más allá de lo común, para acabar descubriendo la terrible bestia que había detrás de todo.

Todo esto, por supuesto, con un riguroso estílo documental. Del que, al parecer, podemos hechar de menos una imagen un tanto menos cinematográfica, y quizás algo más televisiva. Más documento. En cualquier caso, como sabéis, aquí pretendo ocuparme de hablar sólo del trailer como elemento formal, y sí responde a cuanto digo en este caso (bajo mi visión, eso sí). Sólo me/nos queda descubrir si la historia logrará anunciarnos el misterio poco a poco, a modo de programa de investigación o proyecto sectreto, para luego desvelarnos la cara del peligro en toda su espectacularidad.



Los montadores de éste trailer al menos han logrado convencerme. ¿Y a vosotros?

miércoles, 9 de marzo de 2011

Nunca más


-The Crow-
James O’Barr

Advierto a los lectores de que no voy a hablar de cine. Hablaré de cómics. Porque me gustan los cómics. Leo muchos cómics. De muchos tipos (aunque tengo evidentes preferencias). Tal y como me pasa con el cine.

Me encantaría escribiros brevemente sobre una obra que injustamente queda nublada por la película que la inspiró. La cual trata de una pequeña pieza de una epopeya romántica, de una enorme historieta gótica que parte de la misma realidad a la ficción, y torna de nuevo a ésta. Muchos lo habréis leído, y no lo dudo. Lo que confirma que si estáis en este blog “es que sois la resistencia”. Pero aun así contaré un poco la historia de James O’Barr, a quien pronto le fue a visitar un negro cuervo, para no marchar nunca más.

Este escritor y artista fue criado en un orfanato, pues sencillamente no era lo que querían sus padres en ese momento. Pronto se formó en bellas artes y literatura (escultura, dibujo y escritura). Era un hombre de cierta sensibilidad. En su juventud se enamoró de Beverly, la cual iba a ser su futura esposa, la persona con la que decidió compartir el resto de su vida, y la que le dio la oportunidad de formar parte de algo, llamémoslo familia, o bien pareja. Evidentemente esto no podía salirle bien. Fue atropellada por un conductor borracho. Sabia decisión la que tomó a continuación al tratar de hacer de su vida “carne de cañón”. Se alistó en el ejército. Pero una noticia que llegó a sus oídos, un trágico suceso de periódico local, un sórdido asesinato, fue lo que le inspiró. Lo que le hizo tomar de algún modo las riendas de su vida. “Una pareja asesinada por un anillo de 20 dólares”. Y el cuervo susurra “nunca más”.



Aquí llega una compleja historia, una narración llevada a cabo por un artista que quizás no nos sorprenda por sus ilustraciones, pero que nos transmite una historia con un potente magnetismo. Tiene la capacidad de hacernos entender. Ver. Comprender. Asumir una fuerte catarsis en lo que hizo; en lo que plasmó página tras página. La auto-destrucción llega a través de la tinta. Una tinta húmeda, mojada por su propia sangre. Aun latente. Desde luego, es un relato con inicio, nudo y desenlace. No es expositivo. Pero tiene un fuerte componente “brechiano”. La narración se interrumpe. Debe ser interrumpida. Poemas, carboncillos, ilustraciones, letras de canciones, citas, epitafios… Nos distancian de la historia, para acercarnos al autor. A sus sentimientos. Sólo así entendemos que no hay lamento, sino ira. Que quizás necesitaba escribir y dibujar lo que dibujó. Pese a contener una “aventura” agradable, pero vacía a primera vista, El Cuervo nos hace entender una vez lo acabamos, que está repleto de sentimiento en su estado más puro. No dejemos que lo estético, y lo femenino del personaje nos haga dudar de su autenticidad. De lo que esconden sus pensamientos. No, el Cuervo no es un “Emo” que trata de ser triste, y “molar” a la vez. Esconde la evidente sensibilidad de un artista, que como dios vengativo, trata de castigar a lo que sencillamente ODIA. Obviamente no está en la misma frecuencia de la película de culto que le sucedería. Pero eso es otra historia. Y otra pieza más, como he dicho.

¿Para qué explicar que Brandon Lee (protagonista que encarna al Cuervo) murió en el set de rodaje del film en cuestión? Como dije, asumo que sois la resistencia. Pero es triste saber que O’Barr, comenzó a entablar una importante amistad con el mismo Brandon lee. Confió en una persona tras mucho tiempo. Por supuesto, el negro cuervo que le acechaba siempre, la mafia, y el destino, tornaron atrezzo en hecho. Y el fogeo se hizo bala. Y el humo abrió la carne. Y de nuevo James, hizo de la ficción, realidad.



El Cuervo es el único de los trabajos de James O’Barr reconocido hasta ahora. Su fascinante trasfondo, y los enigmáticos hechos que se suman debido a la película, han hecho que sea una de las novelas gráficas independientes con más éxito hasta ahora. James sigue trabajando en proyectos. Esperando que el estigma de El Cuervo alce algún día el vuelo. Yo temo que éste no marchará. Nunca más.

jueves, 17 de febrero de 2011

Feliz No-cumpleaños

¡Hola freaks! Hace un año ya que nos encontramos por primera vez, tras los goya, hablando del cine español. Hace un año, que ante el vacío existencial de entonces, decidí hablar de cine para llenarlo. Y vaya si lo hice. Ahora (cosas de la vida), me veo inmerso en distintos asuntos de gran interés, y he dejado de lado a mis tres o cuatro lectores durante mucho tiempo. Vaya blogger "de tres al cuarto". Eso no significa que haya perdido el interés por hablar de cine. Ojalá siempre me comunique con vosotros desde aquí e "intercambiemos opiniones" (por ahora no he tenido mucho éxito, mea culpa quizás).

Puede que no haya hecho llegar los artículos a la gente de manera adecuada. Lo que me gustaba era la idea de que se pudiese contestar a esas críticas que solemos leer en revistas como la Fotogramas, Scifiworld o Cahier du cinemà (por mencionar algunas), para que toda tesis expuesta no quede como un punto y final. Para evitar desde mi punto de vista, ver como los artículos se acaban cuando el crítico los escribe. Poder ver como se prolongan con opiniónes al respecto de lo escrito. No soporto las críticas-sentencia. Me resultaba muy atractiva esta posibilidad del blog. La interactuación.

En principio, he aprendido que la primera equivocación es resultado del entusiasmo. Las promesas. Uno escribe, se le agolpan las ideas, y por tanto hace promesas. Nunca se cumplen las promesas del todo. Un determinado estado de ánimo nos traiciona, y hablamos de proyectos que quizás no acabaremos. Os prometí reseñas (quizás este es el apartado más completo), os prometí críticas de trailers (apenas una), paradojas de proyectos no natos (nada, aunque tengo en la recamara), curiosidades, libros, cómics (ay... tengo tanto de que hablaros sobre este tópico). Vaya, me doy un 5 "pelao".

Bueno, comienza un nuevo año. No hablemos de promesas, hablemos de intenciónes. Intentaré por lo menos actualizar semanalmente el blog. Eso es lo mínimo. Por otro lado, procuraré que tanto reseñas como noticias no se centren únicamente en el cine, sino que abarcaré otros aspectos. Hablemos de cómics, cultura de masas, música, arte, libros, y porqué no, videojuegos. Procuraré publicar todo artículo que me propongáis/enviéis a Freaksducinema@gmail.com , y por último, recogere todos los apartados mencionados dándoles un poquito más de vidilla.



Empiezo otro año de cine, tras este aniversario fuera de fecha y de contexto. Espero teneros cerca a todos vosotros, Freaks du cinemà.

martes, 30 de noviembre de 2010

Good bye Leslie



El pasado 28 de Noviembre de 2010 murió el actor cómico Leslie Nielsen. Sin duda, supone una despedida para los nostálgicos del cine de comedia americana absurda que surgió a finales de los 70 y comienzos de los 80, y que ha perdurado hasta día de hoy, con las insufribles "lo que sea-movie". Este actor que hizo reir a millones de personas en todo el mundo... menos a mí. Vale, no me hacía gracia. Personalmente creo que sus películas se sostienen por la novedad de las bromas que rompen el esquema narrativo, durante 20 minutos... de ahí en adelante, un gag tras otro acaba por agotar, y provocar la pérdida de atención e interés (y soy consciente de que hablo por mi mismo). Pero, digamos que el no dirigía las películas (de eso se ocupaban los hermanos Zucker, y Abrahams, los ZAZ, ellos son los culpables). El sólo actuaba. Con seriedad y entusiasmo. Tenía una auténtica devoción por su oficio, el cual empezó haciendo papeles dramáticos y sobretodo de villano. Si. La mayor parte de su trayectoria, la han ocupado papeles que poco tienen que ver con lo que nos ha mostrado en las últimas décadas (su último papel de villano en Creepshow es impecable), pero sin embargo, cautivó a la gente por esto mismo, su humor. Era un hombre con sentido del humor, algo que sólo nos pudo demostrar en su última etapa. Y sobretodo era un hombre con pasión por su oficio. El cine. Este señor pasó por la recta final de su carrera cuando muchos de nosotros no habíamos nacido aún. Y pudo relanzarla hasta el día de hoy (Spanish Movie), una vez comenzó a hacer algo en lo que creía. Que la gente se riese. Cine "de risa", como puede denominarse despectivamente. Sinceramente, aunque no me hiciesen gracia sus películas, sólo por esto se ha ganado mi respeto.

A serbian film

Sitges calling...

¿Cómo no verla, si era la brutalidad del año? Cualquier cinefago que se tercie estaría muy interesado en la experiencia visceral y extrema que prometía este film. Desde luego fue mi caso, junto con el de muchos otros. Fui allí, y obtuve lo que quise: Algunas secuencias de sexo softcore, y violencia muy impactantes. Pero no me llevé más fuera de la sala. Salvo la satisfacción del morbo. Este, para mí, es el único fin de la película. Satisfacer el morbo, que en su misma promoción crea. Y por tanto, deja una sensación de vacío una vez se ha visto. Quiero decir con esto que la película en sí, no funciona sin la leyenda y la propaganda que hay previamente. Porque está ahí, pero sin las habladurías y rumores, pocos serán los que vean una película serbia ultraviolenta, ya que de eso (películas excesivas), amigos míos, estamos servidos en el séptimo arte. La atracción de A Serbian Film, reside en la emoción, la expectación y el escándalo que suscitan sus opiniones, críticas o noticias, el boca a boca, y finalmente, los primeros 20 minutos. De ahí en adelante, una película vacía. Eso sí con una fotografía muy trabajada.



Es aquí cuando “le ves el plumero” al director. Que ante los medios se disculpa diciendo que su intención era mostrar sus sentimientos de impotencia ante la situación en Serbia, una metáfora del malestar de la población con su gobierno… No creo que sea así, al menos no logra transmitirlo. Lo que particularmente pienso, es que quería rodar un film con determinadas pautas (violencia y sexo), y disfrutar, porqué no, con la catarsis, la liberación de esos instintos… Y sobretodo, con la provocación. No me parece mal, ni siquiera enfermizo. Es humano, todos tenemos pulsiones eróticas y violentas. Lo que realmente considero, es que es algo muy ingenuo. Y los mismos medios caen en el juego tonto, escandalizándose y exacerbando lo nocivo de la película, hablando incluso condenar a prisión al director de Sitges por pasarla en el festival de marras. Una pena. Sin darse cuenta entran en la dinámica de la misma atracción que ofrece el film. Provocando que mucha gente acabe por visionar una película que realmente… No es para tanto.

Uncle Boonmee recuerda sus vidas pasadas



Sitges calling...

Hablábamos en Sitges sobre la película A Serbian Film, como la polémica del año en el festival. Bien. Sinceramente, yo creo que la polémica está verdaderamente servida con esta película del director tailandés Apichatpong Weerasethakul (admito que no sé escribirlo, lo he mirado en Google). Y es que el cine que realiza este director polariza muchísimo la opinión y la crítica. Obviamente, quienes estuvimos allí, presenciamos este resultado final (para mí el más interesante), el momento en el que se intercambian opiniones, resoplidos, maldiciones, suspiros y alabanzas… Obviamente creo que aquello que el director refleja en su película es algo en lo que él cree, algo en lo que realmente ha puesto toda su alma. Pero aquí, por lo que vi, se corre el peligro de bloquear la entrada a muchas otras formas de ver o sentir el cine. Hay gente que no está en la misma frecuencia de este señor. Desde luego aquellos que no están en esta línea, no son los incultos o insensibles… sino otra parte del conjunto de espectadores interesados (eso sí) en el cine.

Digo que me interesó la “post-película”, no sólo porque comentar el visionado implique tomar unas cervezas en un bar con los amigos (que también), sino porque uno percibe una realidad que no se muestra en las revistas de cine, ni en los artículos de los críticos. Uno ve el interés por mostrar una opinión, que hace de sí misma una moda. Y aquí es donde entra el cinismo general suscitado por la película. Es el momento, de unirse junto a la opinión generalizada de que es una maravillosa película. Es novedosa. Es distinta. Su tempo, su fotografía y sus planos, la señalan inequívocamente como asiática e independiente, y además los festivales la respaldan. Ideal para calificarla como innegable obra maestra. Bueno, este no fue el resultado. No se hablaron en las revistas de las opiniones del público en Sitges, de las votaciones. Son muy distintas. Desde luego, creo que la crítica tiende a encumbrar sus opiniones y a los que por fuerza deben ser “nuevos artistas”, perdiendo así la noción de realidad, y dejando de lado el sentido común, pues, para ellos no hay nada malo en la película, únicamente las gansadas que dicen los detractores (y esto es casi literal). Un desprecio totalmente poético hacia esa “tontería” llamada coherencia (Carlos Boyero).



Desde luego, sumo al carro del cinismo aquellas opiniones clásicas y rancias, que enfurecidas (no sé muy bien porqué), tachan de bodrio absoluto películas como esta. Sinceramente, creo que es ridiculizar mucho la sensibilidad creativa de un artista, decir que su obra es mierda, está hecha sin sentido, o que no aporta nada, para más inri. No amigos. Esta película aporta su granito de arena, como tantas otras, a la cinematografía. Es más, es bueno para un festival como Sitges, nuevas miradas hacia lo fantástico. Pienso que aporta frescura al género. Eso sí, después dependerá el criterio de cada uno para fijarse en la obra, interesarse o prescindir de ella. Sin olvidar, claro está, que se trata de una película. Con cosas BUENAS y MALAS, pues la pasión suele traicionarnos y hacernos llevar todo a polos extremos; y sintiéndolo mucho, no existen.