viernes, 21 de mayo de 2010

Toma el dinero y rueda


-The Hunted-
William Friedkin

Desde luego que no tendría problema alguno en comparar visualmente otras obras de este creador con esta última. Obras como El Exorcista, para ser concretos; una concepción artística, visual y sonora que dista kilómetros de The Hunted. Pero vamos, no me ocuparé de esto. Comparar el resultado del devenir profesional del bueno de Friedkin es algo que cualquier persona puede hacer sin problema alguno. No se necesita ningún conocimiento específico. En serio.

Una película que se centra como tema de partida en un ex entrenador de soldados de la CIA, L.T. Bonham (Tommy Lee Jones). La supervivencia en mitad de la naturaleza, su especialidad. Su discípulo Aaron Hallum (Benicio del Toro). El asesinato, su necesidad. Ambos aman la naturaleza, pero de una manera distinta. Mientras Bonham actúa de forestal justo, legal y duro (muy duro, eso si), Aaron, es un vengador oculto entre el follaje, que elimina brutalmente a cuantos actúan de manera deshonesta contra la madre Gaia. Esta frenética carrera comienza cuando el rebelde discípulo de Bonham pasa por el cuchillo a tres furtivos armados en un “plis plas”. Eso es ilegal, y está mal. Por lo cual comenzará una carrera sin igual en la que Bonham, junto al FBI le perseguirán a lo largo de todo el metraje. Tiros, saltos, acción, sangre… imaginaos.



¿Por qué me molesto en hacer una reseña de un producto absoluta, y comprensiblemente creado para la rentabilidad en taquilla allá por el 2003? Es fácil de explicar: el director es bueno. Eso es algo que igualmente, lo puede saber todo el mundo que haya visto El Exorcista. Ya en su momento, y mientras la estaba viendo (sinceramente desconocía quien era el director hasta que vi los créditos finales) había cosas que dentro de lo que es un taquillazo de acción me sorprendía. Los personajes principales, protagonista y antagonista, están realmente bien construidos, en seguida te ves familiarizado con ellos, con su carácter, sus miedos e inseguridades. El trasfondo de estos se intuye al primer golpe de vista (aunque tampoco creo que esto sea un cumplido), y debido a sus motivaciones, ambos resultan atractivos, y porqué no, simpáticos (esto si es un cumplido, ¿Qué mejor que no estar totalmente en contra del antagonista?).

Es difícil intuir cierta personalidad en la realización de una película como esta. Pero es posible. Friedkin demuestra que no todo hay que enseñarlo, que se pueden economizar los planos a pesar de la premura que implica hacer una película de acción convencional. Se interesa por la interpretación de los actores principales, sus gestos, su manera de trabajar. Es una película de un reparto asequible, pero Friedkin lo aprovecha para que sean los artistas principales los que hagan a la obra brillar. Dentro de sus limitaciones. Aparte de eso, la fotografía es algo en lo que te fijas, y no por el aburrimiento. Creo que como poco es algo que también se debe valorar.

No se si mi intención es obtener la parte positiva de un producto que ha pasado por las salas sin pena ni gloria, por el hecho de que lo haya dirigido un artista de cierto renombre. Espero que no. Sólo pienso, que ante una situación profesional algo traslúcida, un buen director puede arriesgarse a hacer un encargo, o trabajo poco artesanal por la necesidad de trabajar (o cobrar una buena cantidad). Sin, por ello, descuidar su mirada. Sin inyectar cierta personalidad propia en el celuloide. Eso, al menos es lo que descubrí respecto a las imágenes de The Hunted. Que no era un trabajo visceral, propio. Que era Friedkin atrapado en los entresijos de la industria, luchando por seguir dirigiendo, viviendo del cine como profesión, a pesar de verse atado a un guión algo mediocre, cuyas últimas cien páginas se ven inmersas en una inacabable persecución sin sentido, de la cual hizo un esfuerzo por hacer de ella su First Blood particular.

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