
-The Crow-
James O’Barr
Advierto a los lectores de que no voy a hablar de cine. Hablaré de cómics. Porque me gustan los cómics. Leo muchos cómics. De muchos tipos (aunque tengo evidentes preferencias). Tal y como me pasa con el cine.
Me encantaría escribiros brevemente sobre una obra que injustamente queda nublada por la película que la inspiró. La cual trata de una pequeña pieza de una epopeya romántica, de una enorme historieta gótica que parte de la misma realidad a la ficción, y torna de nuevo a ésta. Muchos lo habréis leído, y no lo dudo. Lo que confirma que si estáis en este blog “es que sois la resistencia”. Pero aun así contaré un poco la historia de James O’Barr, a quien pronto le fue a visitar un negro cuervo, para no marchar nunca más.
Este escritor y artista fue criado en un orfanato, pues sencillamente no era lo que querían sus padres en ese momento. Pronto se formó en bellas artes y literatura (escultura, dibujo y escritura). Era un hombre de cierta sensibilidad. En su juventud se enamoró de Beverly, la cual iba a ser su futura esposa, la persona con la que decidió compartir el resto de su vida, y la que le dio la oportunidad de formar parte de algo, llamémoslo familia, o bien pareja. Evidentemente esto no podía salirle bien. Fue atropellada por un conductor borracho. Sabia decisión la que tomó a continuación al tratar de hacer de su vida “carne de cañón”. Se alistó en el ejército. Pero una noticia que llegó a sus oídos, un trágico suceso de periódico local, un sórdido asesinato, fue lo que le inspiró. Lo que le hizo tomar de algún modo las riendas de su vida. “Una pareja asesinada por un anillo de 20 dólares”. Y el cuervo susurra “nunca más”.

Aquí llega una compleja historia, una narración llevada a cabo por un artista que quizás no nos sorprenda por sus ilustraciones, pero que nos transmite una historia con un potente magnetismo. Tiene la capacidad de hacernos entender. Ver. Comprender. Asumir una fuerte catarsis en lo que hizo; en lo que plasmó página tras página. La auto-destrucción llega a través de la tinta. Una tinta húmeda, mojada por su propia sangre. Aun latente. Desde luego, es un relato con inicio, nudo y desenlace. No es expositivo.

¿Para qué explicar que Brandon Lee (protagonista que encarna al Cuervo) murió en el set de rodaje del film en cuestión? Como dije, asumo que sois la resistencia. Pero es triste saber que O’Barr, comenzó a entablar una importante amistad con el mismo Brandon lee. Confió en una persona tras mucho tiempo. Por supuesto, el negro cuervo que le acechaba siempre, la mafia, y el destino, tornaron atrezzo en hecho. Y el fogeo se hizo bala. Y el humo abrió la carne. Y de nuevo James, hizo de la ficción, realidad.

El Cuervo es el único de los trabajos de James O’Barr reconocido hasta ahora. Su fascinante trasfondo, y los enigmáticos hechos que se suman debido a la película, han hecho que sea una de las novelas gráficas independientes con más éxito hasta ahora. James sigue trabajando en proyectos. Esperando que el estigma de El Cuervo alce algún día el vuelo. Yo temo que éste no marchará. Nunca más.
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